Muerte y filantropía
Hace unos días perdí a mi aitona (abuelo en euskera). En realidad lo perdí hace algunos años por culpa del Alzheimer. La última vez que le vi con vida no era capaz de expresarse con palabras, pero sí con miradas. No era capaz de reconocer las sonrisas de sus nietos, pero sí que era capaz de sonreir ante los afectos.
Había mantenido dos vicios de su idiosincrasia; comer pasteles glotonamente y calarse la txapela. Resulta llamativo que no fuese ya capaz de ponerse el pijama pero sí de calarse la txapela. Ahora en mi cajón atesoro algo auténtico de mi yayo, una fantástica txapela Elósegui.
Mi abuelo sucumbió al Alzheimer, pero alguien mucho más joven sucumbía a un cancer de mama recientemente. Adriana Jenkins era Relaciones Públicas de compañías biotecnológicas, una persona conocida en el mundillo que consiguió enfrentarse durante unos años a la enfermedad gracias a investigaciones recientes que permitieron generar un medicamento de nuevo cuño.
Su familia invitaba a amigos y allegados a realizar una donación a un Instituto de Investigación sobre el Cancer en vez de enviarles flores. Hay que ser realmente pragmático y filántropo para en una situación tan desacarnada emplazar a la donación en investigación científica.
Siempre comento que la cultura anglosajona nos ha dado mil vueltas en cuanto a filantropía y mecenazgo de la ciencia, llevado hasta sus últimas consecuencias. Es algo de lo que debemos aprender.
Gracias a estos pequeños gestos quizás en un tiempo y gracias a la ciencia no veamos más nietos que pierden a sus abuelos en la desmemoria del Alzheimer o familias que pierden a quien más quieren en manos de un cancer demasiado temprano.
4 comentarios:
Vaya, siento lo de tu abuelo Iñaki
Siento mucho leer esto. Un abrazo y mucho ánimo.
Ley de vida, pero gracias chicos.
Siento lo de tu abuelo, sea ley de vida o no,cuando un ser querido se va deja un vacio que no se vuelve a llenar.Seguro que en algun recuerdo escondido de su memoria siempre estabas tu.Cuando dos personas se han querido nunca se olvidan.
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