Navegando alrededor del sol

Con la trigésimo tercera circunvalación al astro rey ya uno se convierte en viejo lobo de mar orbital. Uno también se convierte en experimentado en otras artes, algo de pintura secesionista, algo de imprimación y usos relacionados, algo de solfeo/armonía, incluso bastante de lectura compulsiva. A la de navegante experto se juntan otras trayectorias más breves, la científica, la empresarial, la docente, la representativa o la comentarista. Ahora me toca la de estratega.
En la última vuelta al sol he cambiado de residencia, perdí un par de familiares y la visión de cerca,se han originado insospechados cambios y profundos llantos.
Diversos avatares han hecho que sea una navegación atípica, de puertos inesperados y tormentas repentinas, de vientos extremos y solaz calma chicha. Con estelas paralelas, perpendiculares o tangenciales a las de otros pilotos, con amigos piratas de nave ágil y timón maniobrero y amistades peregrinas de bitácora mercantil, ruta comercial, plazo fijo y gran calado.
Navegación siempre de inusual lejanía frente a rutinas cercanas o derrotas planificadas, de profunda distancia a zonas de pesca o mares transitados.
La navegación orbital continúa, sin vista, con la tez tostada y arrugas blanquecinas de fruncir el ceño... hasta perder el trinquete, el mayor y el mesana, hasta flotar a la deriva.
Entremedias nos abordamos.