Y hoy la asesora del Secretario de Estado...

Que sí, como os lo cuento, que hoy es la Asesora del Secretario de Estado quien me contesta ( ya lo fue el propio Secretario con anterioridad).
La respuesta es bastante parecida pero no idéntica, con tranquilidad se le pueden hacer las mismas críticas que ya se le hicieron a la carta anterior.
Os la copio en cualquier caso:

"Estimado Sr. Oruezabal:...En relación con las inquietudes que traslada en su correo, créame que no nos “sobran” doctores, sino todo lo contrario: nos faltan doctores. Nos proponemos incorporar en los próximos 4 años 50000 investigadores al sistema español de ciencia y tecnología.
En primer lugar, creo que no hay razones para ser pesimistas en cuanto a las expectativas de contratación de investigadores en las empresas (de hecho, esperamos que unas 2/3 partes de los 50000 investigadores se incorporen al sector productivo). Una de las apuestas del Gobierno en material de I+D ha sido, precisamente, incentivar la inversión privada en I+D y fomentar la cooperación público privada, para lo cual se han puesto en marcha desde 2005 nuevos programas, como el CENIT o el programa de Proyectos Singulares Estratégicos.
Creemos que estamos consiguiendo movilizar a las empresas. La última estadística del INE sobre I+D, correspondiente al ejercicio 2006, lo corrobora: en un escenario conjunto de crecimiento del gasto en I+D de un 16% respecto a 2005 -hasta alcanzar el 1,2% sobre el PIB--, encontramos que la parte empresarial aumentó un 20%, es decir, 4 puntos por encima de una media que en sí misma representa un buen dato.
Es evidente que no es posible sostener una creciente actividad investigadora de las empresas sin incrementos de los investigadores contratados por éstas y los centros tecnológicos que trabajan junto a ellas. No obstante, estamos decididos a impulsar esta dinámica incentivando la incorporación de doctores en la empresa. Ese es el objetivo del programa el Torres Quevedo, cuyo desarrollo esta siendo también muy positivo: hemos pasado de un 2,2 millones de euros en 2002 a más de 18 millones para 2008 y, como resultado de ello, a lo largo de estos 6 años 2.843 doctores y tecnólogos se han incorporado a empresas, asociaciones empresariales, centros y parques tecnológicos. Creo que este es una de las estrategias más fértiles: la mejor forma de que las empresas consoliden una cultura investigadora es mediante la contratación de profesionales que la llevan consigo.
Por acabar con el mundo privado, no quiero dejar de comentar otra clave para la incorporación de doctores al sector productivo: la propia iniciativa de los investigadores --los consolidados y los jóvenes-- en la creación de spin-off. Las nuevas empresas de base tecnológica son una realidad creciente en España, y desde el Gobierno las hemos impulsado con la reforma de la Ley Orgánica de Universidades y con el nuevo estatuto de la Joven Empresa Innovadora, que adapta los incentivos fiscales a sus requisitos.
Dicho esto, creo que también es posible ser optimista en cuando a las posibilidades de incorporación de doctores al sector público. En este ámbito hay más vías para la incorporación de doctores que la del programa Ramón y Cajal que menciona en su correo. Contamos con el programa Juan de la Cierva y con el I3. Sólo el Juan de la Cierva, por ejemplo, ha supuesto otros 350 contratos en 2007.
Pero sobre todo, contamos con un sector público que está en crecimiento. Le daré sólo un dato: la oferta de empleo público en 2007 del conjunto de Organismos Públicos de Investigación (CSIC, CIEMAT, INIA, IEO, Carlos III e INTA) fue de 610 personas, de las cuales 460 eran investigadores, es decir doctores. Si consideramos que la oferta total de empleo público de grupo A (graduados universitarios) de la Administración General del Estado fue 1.507, tenemos que el 30% de la oferta público de empleo tipo A fue para investigadores.
El crecimiento de los OPI se refuerza además con la aparición de nuevos centros de investigación, nacionales y regionales, y la puesta en marcha de las Instalaciones Científicas Singulares, cofinanciadas por el Estado y las Comunidades Autónomas.
En definitiva, sea en el sector público o en el privado, considero que las expectativas de un doctor son cada vez mayores.
Mª Adoración Campo Prieto
Asesora del Secretario de Estado de Universidades e Investigación
Ministerio de Educación y Ciencia "

Como bálsamo a lo dicho leamos todos juntos lo que comenta Joan Seoane, brillante investigador regresado de ultramar,

"...Es preciso potenciar el trabajo de los que están aquí. No haremos investigación de calidad solo con estrellas..."
"...quería volver. Profesionalmente, tenía claro que ese paso podía influir en mi carrera. Perdí infraestructura para investigar y perdí capacidad financiera..."
"...El sueldo de un posdoctorado allí es superior al de un jefe de grupo de investigación en España, que es el mío..."
"...La capacidad de las personas es la misma, o incluso es mejor aquí. La gran diferencia es la financiación que se le destina..."

"Estamos en la cola en investigación"