martes, 13 de noviembre de 2007

Recriminaciones en política universitaria/científica

En los últimos días vengo discutiendo con docentes de otras Universidades el tema de la nueva ordenación de enseñanzas universitarias, de la que con anterioridad destacamos un punto positivo. De las diversas discusiones se puede sacar en claro que no complace a nadie (obvio, quién lo iba a dudar) pero también algo más preocupante a ojos de quien se suele leer esos tochos de Reales Decretos, Leyes Orgánicas y demás papelotes legislativos, que no parecen ser resultado de un plan claro a efectos de educación superior e investigación sino un batiburrillo resultado de intereses autonómicos, profesionales, colegiados, administrativos y otros. Es decir, que es resultado de una pseudo negociación a 100 bandas en vez de un planteamiento fruto de unos objetivos claros. Todo rodeado de una especie de autoexculpación derivada de los objetivos (sólo los interesados) de la agenda Lisboa y del intento de consecución de unos supuestos Espacios Europeos de Educación Superior e Investigación. De repente a distintos niveles empezamos a saltarnos la Ley de Goodhart, que señala que cuando un indicador se convierte en objetivo deja de indicar.
Esta ausencia de un verdadero plan engranado y ambicioso al estilo de los planes estratégicos elaborados con respecto a tecnologías de la información y las comunicaciones en países orientales (ejemplo, Corea del Sur), el continuo recambio de responsables políticos (ministros, secretarios de estado, directores generales) y el probable perfil bajo de alguno de ellos abocan a documentos y legislaciones con agujeros por todos lados y que no satisfacen a nadie.
Esto es hasta tal punto así que las duras recriminaciones a nivel privado muchas veces trascienden a lo público, tan sólo acordarse de la frase emitida por un Rector (tan formalitos ellos) a la ex-ministra San Segundo, «No hay nadie a los mandos de la política universitaria» o las recriminaciones de ex-altos cargos a nivel autonómico como aquella que rezaba:

"En los últimos tiempos, sin embargo, se está evidenciando el colapso, por etapas, de este modelo nacional de investigación. Primero fue la deconstrucción del DURSI en el último periodo de Maragall y ejerciendo como enterrador el consejero del Pozo. En paralelo, el proyecto fue minorizado por la política obstruccionista del consejero Castells, empecinado en restringir la creación de fundaciones y consorcios dedicados a la investigación y a condicionar su financiación con las más diversas argucias burocráticas. Finalmente, el golpe de gracia lo ha dado el gobierno Montilla (consejero Huguet y comisionada Palmada). La nueva reestructuración de departamentos provocó una situación de caos y parálisis administrativa, que todavía sufrimos hoy, en el entorno de la I+D+i, no imputable a los trabajadores sino a cargos poco capacitados para tomar decisiones y gestionar el día a día."

Esto como par de ejemplos de gente dentro del sistema que se quema tanto, que mucho, mucho hay que quemarse... como para tildar de inútiles a sus compañeros y de caos o fósil al sistema, caracterizando en general las políticas de investigación y educación superior (¿quién es el listo que las separa?)de vuelo gallináceo.
Para conocer otras opiniones y discusiones sólo tenéis que ir a los enlaces de la derecha, la opinión de Puebla en el ABC también la sabemos:


Viñeta vía interesante.

Confiemos en que los expertos externos hagan algún plan, porque de otra manera...
Para los románticos y soñadores siempre quedará Bolonia...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo es que empiezo a leer, me encuentro un anacoluto :-) y ya me mosqueo.... Ejemplo: "La integración en el EEES generará tensiones, pero el resultado no sólo será bueno, es imprescindible."

En fin

Roke Iñaki Oruezabal dijo...

JAJAJAJAJA...eres la bomba pseudo...informo al resto de lo que me enseñaste ayer:
anacoluto

Ángel M. Felicísimo dijo...

Repita cien veces: ANACOLUTO.
Creo recordar que era palabra habitual de Julio Anguita o tal vez de su guiñol, que a veces es difícil separar ambos personajes.
Reconozco que no la había mirado en el diccionario hasta ahora, prometo usarla con generosidad.

Anónimo dijo...

...ahora que lo dices, a lo mejor ahí lo aprendí yo... ;-)

También he encontrado otra palabra que esta está bien para describir la prosa de los reales decretos:

"solecismo = (Del lat. soloecismus, y este del gr. σολοικισμός).

1. m. Gram. Falta de sintaxis; error cometido contra las normas de algún idioma."

Claro que anacoluto está mejor porque suena fatal, como debe ser (¿no hay un Enjuto Anacoluto por ahí?)